lunes, 8 de agosto de 2011

Un recorrido por Tecnópolis





Grupos de amigos, familias y parejas se acercaban entusiasmados, expectantes e ilusionados para entrar y explorar el parque del Bicentenario conocido como Tecnópolis. Mientras que las puertas de la exposición se abrieron a las doce del mediodía, las personas llegaban al predio ubicado en Villa Martelli, partido de Vicente López, a través de distintos medios de transportes.
El público al entrar al parque se encontraba con varias ofertas de actividades, exposiciones y espectáculos que pertenecían a cada uno de los cinco continentes (aire, agua, tierra, fuego e imaginación) en el que se divide Tecnópolis. Por lo tanto, las personas podían ingresar en las diversas carpas o stands  para disfrutar las opciones que se les brindaba.
Para los organizadores de esta exposición el lema consiste en: “de lo que fuimos y somos capaces los argentinos cuando avanzamos por el camino de la creatividad, el conocimiento y la innovación”. Por eso, cuando se empezaba a recorrer por las calles principales del parque se observaban carteles que estaban ubicados como una línea de tiempo, en el que cada uno de ellos indicaba un hecho importante de la Argentina. Además, esos caminos tenían el nombre de significantes personalidades argentinas que realizaron alguna tarea trascendental en su vida como: Milstein, Houssay, Favaloro o Mazza, entre otros.
Por los parlantes ubicados en diferentes puntos, las personas podían escuchar, mientras visitaban el predio, música made in Argentina y también, desde allí se anunciaban las actividades que iban a dar comienzo. Por eso, para que las personas pudieran acortar distancias entre los stands o sólo para dar un paseo, se les brindaba el Tecnotren que tenia cuatro estaciones distribuidos por el parque.
Algunos de los espectáculos en el que las personas más querían concurrir eran los que presentaban los integrantes de Fuerza Bruta a partir de “La Globa”, “Pared de Fuego”, el Carnaval móvil o en el stand de Orgullo Nacional. En cada una de las exhibiciones el objetivo de los intérpretes era sacar un aliento de asombro por parte de los espectadores y en algunos casos, de hacerlos bailar con el ritmo de su música.
Otras de las varias atracciones de Tecnópolis era poder conocer el paso del tiempo en los medios de transportes como de los colectivos y de los trenes. El público, en el caso de los ferrocarriles, podía entrar en varios de los vagones como de la ex línea Belgrano norte o de la ex línea mitre, además la oportunidad de poder observar un coche Preston.
Pero una de las curiosidades del parque tanto para los chicos como para los grandes era ver los dinosaurios “vivos”. Por eso, luego de dos décadas se podría pedir perdón mínimamente a la señora Susana Giménez sobre sus dichos de los dinosaurios cuando dijo: “¡¿vivos?!”. Ya que en este parque se podían observar y escuchar algunos de estos animales que habitaron hace miles de años en Argentina.
Mientras caía la noche, las personas encontraban que en el sector de Tecnópolis Sonora se realizaba un mini recital de Gustavo Cordera y su banda cantando sus hits en vivo. O en el Predio ferial, se  podían observar a dos robots, en el que uno se parece a un ser humano común y el otro a Einstein. O en otro lado, se podía ingresar a una de las carpas y ver la evolución de los medios de comunicación.
Cuando llegó la noche, las luces del predio se prendieron y dieron otro show aparte para el público que seguía recorriendo Tecnópolis hasta que finalmente a las nueve de la noche las puertas se iban cerrando de a poco. Varias personas manifestaban que querían volver ya sea porque les faltó de visitar los stands o porque solamente les gustó. Por lo tanto, tendrán tiempo hasta el 22 de agosto para regresar.