viernes, 27 de enero de 2012

Ella y El




Una tarde brillante y hermosa. Todos esperando ansioso su llegada. Aunque seguramente él era quien aguardaba más deseoso su arribo. Fue entonces cuando la música empezó a sonar. Amigos y familiares se pusieron de pie para recibirla. Unos segundos más tarde se abrieron las puertas de la Iglesia. Y ella estaba parada junto a su abuelo. Comenzaron a caminar lentamente, acompañada de niños, tratando todos de seguir el mismo movimiento. A mitad de camino su brazo se apoyó en el de su padre e hicieron los últimos pasos hasta llegar a la persona que ella eligió para vivir juntos el resto de su vida. Mientras que él sonriente, veía llegar a esa mujer que tanto ama y también eligió para vivir juntos el resto de su vida.
La ceremonia religiosa se realizó el 17 de diciembre de 2011, en el lugar donde ella concurría desde su niñez y adolescencia. Por eso, también compartió ese momento allí.
Durante la ceremonia, ellos se miraban y sonrían. Se prometieron amarse hasta que la muerte los separe y se colocaron los anillos como símbolo de su unión. Finalmente, el sacerdote les dio la bendición de Dios. Y luego de ese momento, comenzaron a caminar sus primeros pasos como esposos. Mientras que afuera de la Iglesia, los esperaba una lluvia de arroz y el cariño de todos sus seres queridos.
La noche se instaló en la quinta de Los Ceibos. Allí  siguió el festejo. El lugar elegido estaba ambientado al estilo de los recién casados. Cada detalle de la decoración tenía la marca de ellos. Un festejo con identidad propia.
Antes de la llegada de ella y él, se mostraron en una pantalla tres videos. En el que ellos eran los únicos protagonistas. Tres historias ubicadas en diferentes épocas pero sobre el mismo tema. Al finalizar, la pareja llegó al lugar. Fueron recibidos con una gran ovación de parte de las personas que se encontraban presentes en el festejo. A partir de ese momento, se dio comienzo a la fiesta.
Los invitados fueron ubicados en mesas que estaban nombradas con un significado para ellos. El festejo tenía todos los “condimentos” para que sea inolvidable. Se cenó una rica comida. Se bebió. Se bailó.
Ellos pudieron disfrutar su primer baile como marido y mujer. Luego, bailaron el vals. Hasta que la mayoría de los presentes se levantaron de sus sillas y compartieron con la pareja su felicidad.
También se mostró el video con fotos, y se realizó los rituales de la liga, la mesa de dulces, la torta, el brindis, los fuegos artificiales, el ramo y el baile carioca. En ningún momento de la noche se sintió tristeza. Solo era pura diversión acompañada de emoción.
En pocas palabras, fue de lo que se denomina como la famosa frase de: fue una “noche mágica”, que ellos (creo) alguna vez soñaron.