viernes, 3 de junio de 2011

Sí, Acepto. Sí, Prometo.

Juntos comienzan una nueva vida. Juntos comienzan un nuevo futuro. Juntos comienzan un nuevo destino. Juntos seguirán construyendo y reforzando el amor que se brindan mutuamente. Por lo tanto, lo que vivieron en dos días fue sólo para afirmar el amor ante sus seres queridos. Primero, dijeron el SI en el Registro Civil y luego ante Dios. Confirmaron su unión y se prometieron cuidarse y protegerse para toda su vida.

El primer día:

Él llegó diez minutos antes de las 11 de la mañana al Registro Civil de Los Polvorines. Observó que no estaba su futura esposa y por eso, decidió llamarla para saber si ya estaba llegando. Al ratito, ella baja del auto acompañada de su familia.
Ellos se dan el primer beso del día y cruzaron un par de palabras. Pero apareció un problema. La novia se había olvidado el Documento de Identidad. Volvió rápido al auto para ir a buscarlo a su casa. Mientras tanto, el novio fue avisar sobre el inconveniente. Luego de la espera y de presentar todos los requisitos pedidos para casarse pudieron ingresar al lugar para dar el SI.
La ceremonia civil comenzó antes de las doce del mediodía. Mientras el juez hablaba, ellos lo escuchaban atentamente. A veces sonreían o sólo se miraban. Detrás, se encontraban sus seres queridos mirando cada detalle de los gestos que podían hacer los novios y apoyándolos en su decisión.
Hasta que finalmente, se dijeron por primera vez las palabras más esperadas por todos: “SI, Acepto”. Luego de ese momento, no hizo falta manifestar más nada. Cuando el juez terminó su discurso, les declaró marido y mujer. Se escucharon aplausos y gritos de felicidad de parte de sus allegados.
Mientras ellos se quedaron solos en la sala por un ratito, afuera se preparó parte del ritual. Cada uno agarró un puñado y expectante miraban si la puerta se abría. Hasta que finalmente, los Recién Casados salieron entremedio de la lluvia de arroz. Luego, los familiares y amigos se acercaron para felicitarlos.
Entre fotos y filmación, se fueron alejando todos de aquella primera parte. Porque sabían que todavía faltaba un día más





El segundo día:

Los invitados se saludaban entre ellos y se fueron ubicando en sus asientos. Los niños todavía seguían corriendo. El novio llegó pasadas de las 20 hs junto a su madre y se pararon cerca del altar. Sólo faltaba ella.
La ansiedad seguía aumentando. Hasta que finalmente algunas de las personas empezaron a sacar sus cámaras de fotos para retratar aquel momento. Los niños se acercaron a los primeros asientos para observarla a ella.
La novia llegó. De fondo, se escuchaba la marcha nupcial. Acompañada de su padrino iba caminando lentamente hacia su amor. Ella brillaba, y no a causa por su vestido blanco con una gran cola o por su tiara que estaba colocada en su cabeza, sino que era provocada por la felicidad que emitía. Hasta que llegó a él.
La pastora les dio la bienvenida a ellos y todos sus amigos y familiares. La ceremonia duró aproximadamente media hora, donde el objetivo fue celebrar y reafirmar el amor de ambos ante Dios. Los dos, en su momento, dijeron: “Si, Prometo”. Y nuevamente, no hizo falta más nada. Se pusieron los anillos, se dijeron sus votos y se dieron el beso final.
Al bajar del altar, fueron recibidos por las felicitaciones, las lágrimas de emoción y la alegría de sus seres queridos. Luego, los novios dijeron un hasta luego a los presentes para seguir con la rutina de la noche.
Los familiares y amigos se fueron al salón para seguir con la celebración. Para hacer pasar más rápido el tiempo, los invitados se dedicaron a comentar sobre lo sucedido anteriormente. Hasta que, minutos después de las 23 hs, se apagaron las luces y se prendieron las velas de los centros de mesas. Nuevamente las cámaras se encendieron y comenzaron las ovaciones. Él y Ella llegaron como marido y mujer.
Toda la noche se festejó el amor a partir de distintas acontecimientos. La primera cena como esposos. El baile que realizaron algunas de las niñas para ellos. El video que mostró las fotos de cada uno y un agradecimiento final de ambos. El primer baile juntos. El vals. Los juegos. La música. El ramo. El anillo. La torta.
Todo lo que ellos soñaron, en algún momento, se fue realizando en estos dos días. Y se creó un conjunto de momentos que quedaron grabados en sus más profundos recuerdos y que jamaz olvidarán.




No hay comentarios:

Publicar un comentario